domingo, 28 de marzo de 2010

DISCURSO SOBRE BENITO JUÁREZ

DISCURSO DE BENITO JUÁREZ
• "Juárez es el gran constructor de la Nación, es el defensor de la República, gracias a él y a una extraordinaria generación de liberales, se colocaron los cimientos del Estado mexicano y de sus instituciones"
• "Fue un hombre que siempre creyó en sus ideales y defendió sus principios, formado en el derecho y la filosofía, él sabía que la Independencia de México no era suficiente para convertirnos en una verdadera Nación, sino que necesitábamos leyes que tuvieran al ciudadano como principio y fin para ser así un país más igualitario, más libre y más justo"
• "Fue precisamente aquí en Palacio Nacional, símbolo vivo de la historia patria, donde se promulgó la Constitución de 1857 que buscaba la conformación de un Estado moderno y vigoroso que respetara las libertades individuales"
• "Igual que él, creo firmemente en que la primera obligación de todo gobierno es velar por la plena vigencia del Estado de Derecho, que la razón de ser del Estado es garantizar la igualdad de los mexicanos ante la ley, asegurar a todos el ejercicio efectivo de sus libertades políticas y económicas"
• "Debemos seguir trabajando para que todos los mexicanos tengan un acceso efectivo a la igualdad de oportunidades, para que toda persona, sin distinción alguna, pueda ejercer a plenitud sus libertades y derechos fundamentales"


“Que el pueblo y el Gobierno respeten el derecho de todos. Entre las naciones, como entre los individuos, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Con estas palabras se dirigió el Presidente Benito Juárez a los mexicanos en 1867 a su regreso a la capital, después de haber derrotado a la invasión extranjera y haber afirmado la vigencia de la Ley de la República.
En esta histórica frase se condensan los valores y principios históricos de nuestra Nación: soberanía e independencia, legalidad y respeto a los derechos de los ciudadanos, tolerancia y búsqueda de la paz.
Juárez es el gran constructor de la Nación, es el defensor de la República, gracias a él y a una extraordinaria generación de liberales, se colocaron los cimientos del Estado mexicano y de sus instituciones.
Se consolidaron las bases de la República, de su laicidad y soberanía, de las garantías individuales y de la división de poderes.
Con Juárez los mexicanos del Siglo XIX tomaron conciencia plena de valores como la igualdad, el federalismo, el nacionalismo y la democracia, así como de la importancia de vivir en un marco de libertades públicas y derechos individuales.
Su liderazgo fue determinante para que los mexicanos enarbolaran la bandera contra toda amenaza y defendieran el derecho de nuestro país a su independencia y autodeterminación.
Antes de Juárez y el momento histórico que les tocó vivir, ha escrito el historiador Enrique Krauze, México era un agregado de regiones y localidades sin conciencia nacional.
Benito Juárez fue el artífice de muchas de las victorias más preciadas en la historia de la Patria, el triunfo del derecho frente a la arbitrariedad y la injusticia, el triunfo de la razón y la ilustración frente a la cerrazón; el triunfo de los derechos y las libertades del hombre sobre cualquier clase de servidumbre.


Fue un hombre que siempre creyó en sus ideales y defendió sus principios, formado en el derecho y la filosofía, él sabía que la Independencia de México no era suficiente para convertirnos en una verdadera Nación, sino que necesitábamos leyes que tuvieran al ciudadano como principio y fin para ser así un país más igualitario, más libre y más justo.
Con la profunda visión de Estado que le caracterizó, él comprendía que no podríamos ocupar con éxito un lugar entre las naciones libres, con las instituciones y estructuras sociales del pasado de la era colonial.
En su momento hubo mucha incomprensión a su proyecto de Nación, pero el tiempo ha demostrado que tenía la razón y que aquellas reformas que encabezó eran las necesarias.
Junto a una generación de liberales impulsó la Constitución de 1857, que ha cumplido este año su 150 aniversario y las Leyes de Reforma que, entre otras cosas, separaron los ámbitos del Estado y de la Iglesia.
La Reforma, escribió Octavio Paz en El Laberinto de la Soledad, consuma la Independencia y le otorga su verdadera significación, nos plantea el estamen de las bases mismas de la sociedad mexicana y de los supuestos históricos y filosóficos en que se apoyaban.
Fue precisamente aquí en Palacio Nacional, símbolo vivo de la historia patria, donde se promulgó la Constitución de 1857 que buscaba la conformación de un Estado moderno y vigoroso que respetara las libertades individuales.
En ella se consagraron nuestros principios fundamentales como la libertad de pensamiento, de expresión y de prensa, de asociación, de tránsito, de reunión y también de enseñanza; la garantía de igualdad, el derecho de petición, la no retroactividad de la ley, el principio de legalidad y la prohibición de contratos que cancelaran la libertad del hombre.
Esta Carta Magna estableció fundamentalmente la libertad económica y del trabajo, proclamó la defensa de la propiedad y la prohibición de los monopolios.
Se trataba de una Constitución liberal no sólo en lo político, sino también en lo económico.
Los Tres Poderes de la Federación estamos ante un momento histórico ahora, para asegurar a cada mexicano precisamente el ejercicio pleno de sus derechos y libertades, y para garantizar que nunca más sufran algún abuso de poder y concretar así la obra de Juárez y los liberales del 57.
En el Siglo XIX, querer transformar a México en un Estado moderno, por desgracia fue algo no exento de dolor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario